miércoles, 24 de junio de 2009

Ahi estaba sentado frente a la ventana mirando el horizonte, uno lejano, inhospito, sin una sabio sentido seco y descontrolador panorama. Camilo miraba el horizonte, miraba un punto fin, lentamente se levanto de su cama y salio corriendo detras de Antonia. 
Ella tomo el colectivo y una lagrima broto, lejos se iba, tomo su maleta y se marcho, nunca penso que la vida en en esta ciudad seria tan dificil.

Ya eran las 4 am y Camilo no se dormia, la luna habia llegado a su punto fin, en donde Jaime y Andres tomaban merienda con dulce de leche, leche putrefacta con pan molido, naranjas rojas y crujientes; - deliraba, tenia 40`C de fiebre. 
Sali corriendo buscando la bendita pastilla que me curara el dolor que sentia, embriagarme con vino, un vino chileno dulce y agraz, anejado en roble, seria la cura para este dolor. 

Habia bebido mas de cuatro botellas, la cabeza me da vueltas - le comenta Camilo al Barman. Sali corriendo en busca de Antonia, todo estaba perdido, lejos se habia ido. 
Un extraño sentimiento recorre el cuerpo de Camilo, agustia, pena, dolor, un no se que. Tomo su abrigo y salio a caminar por el parque, mirando las hojas y pensando, por primera vez se da cuenta que la vida no es una subasta al mejor postor, donde se va pasando los suspiros melancolicos del amor. 
Corrio, dejando todo atras, como arrancando de algo que no quiere asumir pero no sabe que es. 

Dia a dia, quiero cambiar, despertar y sacar esa sensacion de mi mente, olvidar y comenzar todo nuevamente, se que no soy el mejor - penso Camilo, pero nunca te dije que lo era, extrañaba cuando no estabas, mensaje a Antonia. (...)

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